jueves, 24 de marzo de 2011

Mañana – 9:47

14 ºC

Mañana despejada, cielo azul


Jueves 17/03

Desperté al sonido del timbre de casa. Fui a atender, era el guardia del edificio diciéndome que no iba a haber agua fría de las 11:30 a las 14:00. Eran las 11:16, genial. Me fui a acostar y al rato volvió a sonar el timbre de vuelta, esta vez para preguntarme si podían subir a aplicar un material a mi balcón. Me negué ya que tenía sueño y el departamento estaba muy desordenado, y sigue estandolo. Así que me fui a acostar nuevamente.

Un rato más tarde llegaron a buscar una ropa que estaba acá en casa. Abrí la puerta y me volví a dormir a la cama. Dormí unas horas y luego desperté, me fui a duchar y comí unos panchos mientras me cambiaba. Entregué la ropa y me fui a la parada del colectivo. Me tomé el 106, me bajé y caminé a la casa de una amiga. E toqué timbre a su casa y ella bajó, de ahí fuimos caminando a la casa de otra amiga. Al llegar nos encontramos con otro chico más, y ya todos juntos nos fuimos a tomar el subte. Conectamos luego con otra línea, y nos bajamos en la estación de tren de Constitución. Fuimos a comprar los boletos y nos subimos al tren que nos llevaría a La Plata. Esperamos un rato hasta que el tren arrancó, ya era de noche. La gente iba y venía, nos ofrecían cosas para comprar, escuchábamos discursos y música de los que pasaban. Yo viajé peleando contra mi celular para poder mandar mensajes.

Llegamos a La Plata a las 21:30. Caminamos por adentro de la estación y salimos afuera. Dimos la vuelta y fuimos hasta una parada de colectivo. Nos subimos al primero que encontramos. Fuimos viajando un rato, hasta que chocamos contra algo. Todos se exaltaron, no sabíamos que había pasado. Pensábamos que habíamos chocado a un perro, o a una moto. Nos bajamos del colectivo para ver, al parecer habíamos chocado contra el costado de un auto. Se creó una especie de discusión, pero decidimos irnos para no llegar más tarde ni andar por esas calles a esa hora. Caminamos un buen rato zigzagueando hasta llegar a la entrada de un edificio. Unos chicos hablaron desde un balcón, y luego bajó un chico a abrirnos la puerta. Entramos y subimos a su departamento.

Adentro había bastante gente, el lugar era reducido. Había una mesa con pizza y botellas de bebida, y la gente iba y venía por todo el lugar; de la cocina, a la sala, y de allí al balcón. Algunos parados charlando, y otros sentados en el sillón o en las sillas. La música fuerte sonaba como un acompañamiento a las innumerables charlas que se habían formado en el lugar. Fuimos al balcón y empezamos a charlar con algunos chicos y chicas que estaban allí afuera. A varios les causó mucho mi apodo, por lo que se resignaron a llamarme sólo “Agus”. Tomamos un poco mientras charlábamos. Uno de ellos me trajo una porción de pizza porque yo tenía mucha hambre. Le mande un mensaje a mi mamá, y me comí la pizza. Al rato hicieron más y fuimos todos a comer, yo comí una porción más. Nos quedamos un poco más en el balcón, y luego todos bajamos y nos subimos a los autos.

Viernes 18/03

Llegamos a un bar llamado “Plagas”. Todos se quedaron afuera sentados charlando y esperando, otros se fueron adentro, otros iban de afuera para adentro. Al rato entramos, pagamos la entrada de $10 que había puesto una banda invitada llamada “Ámbar”. Pero esa no era la banda que nos interesaba, sino la otra que iba a tocar esa noche, llamada “Zaratustra”. Es la banda de 4 de los chicos del grupo de gente, y la razón por la que yo estaba allí, para verlos tocar.

Entramos al bar, nos sentamos en una mesa cercana al escenario, pedimos una Stella y pelamos muchos maníes sin parar, tomando y comiendo. La música se empezó a escuchar. Los chicos comenzaron con una intro instrumental larga y tranquila, como para calentar el ambiente. Mientras tocaban, una pantalla pasaba videos de ambientes de la naturaleza como cascadas y ríos, y extraños animales. Luego tocaron una canción bastante animada, esta vez con letra. La voz del bajista era muy particular y llamativa, realmente quedaba bien con la melodía que todos lograban crear. Era realmente una belleza escuchar cómo tocaban; se veía que los 4 estaban sumidos en sus propios mundos con sus instrumentos, creando su propia música, y al mismo tiempo todo sonido que creaban se conectaba en perfecta armonía uno con otro. Simplemente hermoso. Tocaron un par de canciones y se despidieron con los aplausos de todos. Incluso nos mostraron a un simpático compañero alien de peluche llamado “Fede”, que al parecer siempre los acompaña en los recitales.

Luego de ellos tocó “Ámbar”, pero todos ya nos habíamos ido afuera a descansar y charlar. Al rato entramos y nos quedamos escuchando a la otra banda. Era muy buena pero no realmente de mi agrado. Cuando terminaron, todos se pusieron a guardar los instrumentos y amplificadores, ordenaron y nos volvimos al departamento.

Se notaba que el ambiente estaba más apagado, ya era bastante tarde. Yo iba y venía del sillón al balcón, aburrida. Me empezó a dar mucho frío así que me quedé sentada en el sillón, esperando a que sean las 6:00 para volver finalmente a casa. El tiempo pasaba lentamente, la gente se empezó a ir cerca de la hora que nosotras también nos íbamos. Al dar las 6:00 nos despedimos, y uno de los chicos amablemente se ofreció a llevarnos en auto a la terminal. Realmente era un viaje largo así que estuvimos muy agradecidas. Una de nosotras decidió quedarse así que sólo volvimos dos en el auto. Fuimos recorriendo la ciudad, viendo las casas y los locales. El chico decidió darnos un minitour ya que nunca habíamos estado en esa ciudad, o al menos recorrido el centro. Fue muy divertido, recorrimos varios lugares en el auto. Vimos edificios importantes de la provincia y la ciudad, y una hermosa catedral, de las más importantes del mundo. Era una obra de arte muy llamativa, me encantó verla, tan gótica y gigante. Descubrí así que por más que parece pequeña y muy planificada, es una linda ciudad y tiene unos cuantos tesoros culturales que valió la pena conocer.

Luego fuimos a la terminal, compramos nuestros boletos, y le agradecimos mucho al chico por llevarnos. Nos subimos al colectivo y nos dormimos al instante. Cuando despertamos habíamos llegado a la central donde terminaba el recorrido el colectivo. Tuvimos que golpear un buen rato la puerta para que nos abran por quedarnos dormidas. Otro hombre se había quedado dormido también, al menos no fuimos las únicas. Mi amiga reconocía el lugar por suerte, estábamos a la vuelta de la terminal de Retiro. Caminamos de allí a la entrada del subte, y lo tomamos para conectar con otra línea y bajarnos en Av. Santa Fe. De allí caminamos un rato hasta su casa. Entramos y su compañera estaba durmiendo en su colchón en su cuarto y había invitado a otra chica que estaba en otro colchón. Tuvimos que despertarlas para pedirles un colchón apara nosotras. Lo acomodamos en la cama y nos acostamos a dormir.

Desperté como a las 18:00. Me levante y vi cómo las chicas desembalaban su heladera recién llegada, y otras cosas que les habían mandado por encomienda. Había cartón y bolsas por todo el piso. Al rato como ya era muy tarde decidí volver a casa. Mi amiga me abrió la puerta de entrada, y me fui caminando hasta la parada de colectivo. Me tomé el 106, luego de esperarlo un rato y que un 99 me esquivara. Llegué a casa al rato.

Y realmente ya no recuerdo nada más de esos dos días.

Adiós.

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